jueves, 5 de junio de 2008

¿POR QUÉ NO NOS GUSTAN LOS FINALES DE LOS LIBROS?

Con cierta frecuencia constato, que al comentar el libro ponemos pegas al final que el autor ha decidido dar a la historia. No contentos con esto, la mayoría de las veces tenemos claro como debía de ser ese final, mejor aún, defendemos con entusiasmo ese nuevo giro para la vida ó muerte de los protagonistas.
Ahora que lo pienso, hay libros en los que cambiaríamos hasta sucesos intermedios.
Posiblemente esto ocurra por más de un motivo. A saber:
- Nos encariñamos con unos personajes y no aguantamos a otros, y además en esos “cariños” y “fobias” discrepamos del autor.
- Buscamos razones a favor o en contra para salvar o condenar a nuestro gusto.
- Reinventamos o suponemos infancias, adolescencias, matrimonios, divorcios, pérdidas de trabajo, catástrofes y cualquier otra circunstancia con tal de justificar los cambios que queremos que se produzcan.
¿Seremos todos y cada uno escritores en potencia? puede ser, pero en confianza yo lo que creo es que nos sumergimos de tal forma en la historia que llegamos a sentir la necesidad de intervenir activamente en los acontecimientos. Es más fácil y tiene menos riesgo que hacerlo en la vida real. Al fin y al cabo no tiene más consecuencia que un intercambio de opiniones más o menos encendidas. Bueno, más encendidas que menos, estamos defendiendo nuestra “obra”, una obra propia, única, distinta, como son cada uno de los libros. Son únicos y distintos porque el autor les crea como algo nuevo y original, y porque a cada uno nos sugieren sensaciones, amores y odios distintos.
Esto como todo lo relacionado con los libros y la lectura tiene algo de mágico y misterioso.
Y así como por arte de esa magia surge la idea: ¿por qué al final de los libros no hay una página en blanco para que cada uno plasme sus variaciones?
Como esto parece poco posible ¿por qué no plantearlo como algo que podemos hacer en los clubes?
Un libro blanco para cada titulo, bueno unas cuartillas en blanco sería suficiente.
Ahí plasmaríamos todo lo relacionado con el nuevo enfoque que daríamos al libro.
Y una vez al año, tal que un día como este, lo podríamos comentar.
La idea ahí queda. Si alguien quiere pues estupendo, como todo en esta actividad es libre y voluntario y sobre todo ha de ser satisfactorio, placentero.
María Jesús Gutiérrez Ibáñez - Reinosa

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